Ayer, sin ir mas lejos, un paciente de unos 24 años que acudió de "urgencia", a la hora que le vino bien, me planteó el siguiente problema:
"Bueno vengo por un antibiótico porque me duele la muela.
Ya se que esta asistencia no está cubierta por la seguridad social, pero tengo el dentista el día 16 y osakidetza me tiene que solucionar el problema."
Lo primero que pensé es que no le iba hacer falta esperar al 16......., pero por respeto le dije:
¡No doy crédito a lo que estoy oyendo!
Prosiguió su discurso justificativo, mientras identifiqué la muela que le dolía, entre toda su verborrea identifiqué: "......pongo ahora mismo una reclamación".
Consciente de que me encuentro en el ocaso de mi carrera opté por decirle: "Mira haz lo que quieras, esto que estás haciendo vale 30.000 pelas y en correcta praxis te tengo que dar un analgésico, "paracetamol" y te lo tomas cada 8 horas."
En ningún momento se comportó de malos modos.
Pero pensé: Hay varias formas de perder el respeto, en los fondos, en las formas o en ambas.
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