Nadie posee un observatorio de "la vida" tan privilegiado como el desarrollo profesional de un médico de atención primaria en ejercicio. Porque estas páginas quieren ser una expresión de lo que observo las llamo: "Desde mi balcón”
sábado, 24 de noviembre de 2007
¡No, por dios! ¡Mira que sois precipitaos!
¡No, por dios! ¡Mira que sois precipitaos!
En mi blog, en la columna de la derecha, al final hay un espacio para “Lugares virtuales excepcionales”, que ocupan en solitario, de momento, los auténticos “Pichigüilis” que no son otros que “ThoriHerri Medical Association” (THMA).
Constituidos por un grupo de psiquiatras del hospital de Zamudio, llenaron el espíritu crítico de nuestro espacio vacío en los 90. Desde ese link podéis llegar a todo lo que generaron, incluida la música de su grupo “Beautiful Brains”, con letras increíbles.
Ellos, y no un servidor, son los propietarios del concepto y artículo que dio origen al termino “Pichigüili”.
Es cierto que me he querido poner en contacto con ellos, pero ha sido imposible, para preguntarles si somos de la misma promoción o parecida, ya que como vendedor de condones, bien pueden conocerme, además quién me los suministraba era conocido por “Willy”. Pichis de Willy bien pudo derivar en Pichigüilis.
Pero los residentes sois definitivamente una panda de precipitaos!!
Hace pocos días dabais en considerar a otro R1 como ingenuo, después de ponerlo de “chupa domine”.
He tenido dos perros, una rottwailer (Lur) y un golden retrieber (Ory), ambos me han enseñado el complejo lenguaje de los perros, que es equivalente al lenguaje inconsciente de los humanos, porque no somos lo que parecemos, sino lo que nuestro inconsciente manifiesta de nosotros y que como los perros no son lo que parecen sino lo que su carácter manifiesta y su dueño a tenido a bien templar.
Como residentes estáis en la obligación de equivocaros por precipitación y con ello crecer como personas, que es lo primero y esto siempre es antes, después ganaros el prestigio como médicos, que es lo importante y al final, solo al final, ponerle el apellido que queráis.
Este orden, esta jerarquía, son esenciales y manifestarlo en todas partes con transparencia, porque es lo que sois.
Invertir el orden es lo que nos convierte en peligrosa fauna de doctores, camino que, de no remediarse, completará vuestro "ingenuo" residente de primer año.
¡Al próximo que me llame doctor le retiro el saludo!
Dedicado a Julio Bonis, Isabel Arenilla, MJ, y a todos los residentes que por esta página aterricen.
Publicado por
Juan Jose Bilbao Larrañaga
en
1:01
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Etiquetas:
De la fauna médica
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1 comentario:
:) Gracias por la dedicatoria :D
Yo misma escribí hace tiempo un post titulado "Doctora, ¿yo?"... Además, nunca me he acostumbrado a que mucha gente, incluyendo pacientes mayores, te pongan esa especie de prefijo al nombre. Es el uso tradicional de la palabra, y no su significado académico, el que hace que tolere que me lo llamen de vez en cuando, sin llegar a retirar por ello el saludo a nadie :)
En medicina, como todo en la vida, primero hay que ser persona y más adelante intentar "hilar más fino". Que humanos somos todos, creo que nadie lo demuestra mejor que yo; y que equivocarse es de humanos, creo que aún nadie más. Que a mí, como persona y también como residente, y sobre todo en medio de ataques de rabia, me pierden la bocaza y la precipitación, creo que ha quedado más que escrito.
Que aprendo de mis mayores y de quienes ya saben ser más prudentes, creo que también. Y si no es así, trataré de dejar mejor fe de ello.
Luego viene lo de que uno invierta el orden formativo. Que prácticamente por inercia uno se meta a hacerse doctor sin haber adquirido experiencia previa, creo que es un "error" común y de humanos (de residentes humanos). Eso sí, casi siempre incitado por la necesidad de ganar "puntos" en "oposiciones". No es que uno quiera ganarse prestigio como médico a costa de ser llamado doctor (al menos en mi caso), sino que suele convertirse en una cuestión de supervivencia futura. Puede haber quienes ingenuamente crean lo contrario (que del doctorado viene el prestigio, y de ahí le nombran a uno persona respetable), pero sinceramente creo que conmigo no ocurre.
Seguiré leyendo de vez en cuando, en los ratos que me queden entre guardia y guardia de las fiestas. A ver si con suerte son muchos...
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