Para el "Joven aprendiz"

lunes, 5 de mayo de 2008

Los derechos de los ciudadanos vs Registros e Hª Clínica Informatizada.

El ajedrez es un bonito deporte, lleno de dudas e incertidumbres que nos obliga a tomar opciones que al cabo de pocas jugadas sucesivas, nos demuestra cuales fueron nuestros errores.

Se ha hablado mucho de la historia clínica informatizada, los hay que la defienden y otros como un servidor que la detesta, al menos en su versión “osabide”.

Para algunos expertos el problema se inicia sobre la pregunta: “¿Quién es el propietario de la historia clínica?”. Y les da para elaborar ríos de tinta.

El derecho de los individuos nace en la voluntad de que sus datos, cualquiera que sean estos, deseen explícitamente que figuren o no en los registros almacenados en “bancos” de datos.

Pues pongámonos a la obra de practicar. Imaginemos que somos un ciudadano que acude a solicitar una consulta médica por teléfono, tras el rin-rin inicial una voz al otro lado nos saluda:

A-Centro de salud de Rocafuerte. ¿En que puedo servirle?

P-Llamaba para solicitar visita con mi médico Pedro Picapiedra:

A-Dígame sus apellidos y nombre.

P-Verá es que no quiero que mi nombre ni mis apellidos figuren en el registro.

A-¿Cómo dice?

P-Que no deseo que mi nombre ni apellidos figuren en el registro.

A-Ya, pero el programa, bueno es imprescindible que me de sus datos o no le voy a poder dar cita.

P-Le repito que no quiero…….

A-Pues no le voy a poder dar cita.

A esto se le conoce como gol por la escuadra.

El paciente, se acerca a realizar la solicitud en persona y frente a su mostrador reinicia su purgatorio.

A-¿Qué desea?

P-Quisiera que me diera cita para mi médico el Dr. Picapiedra.

A-Déme sus apellidos y nombre.

P-No, verá es que no quiero que mis datos figuren en el registro.

A-Pues no le puedo dar cita. Si quiere le paso con el Dr. Picapiedra. Claro que para que le pase la llamada tengo que poner sus datos, casi será mejor que hable usted con él.

P-Ya pero para esto no hace falta que tenga que coger cita.

A-Bueno, hable con él y luego ya veremos.

Parece que la cosa se complica, así que el paciente sin cita opta por esperar a que finalice el último turno sentado pacientemente a la puerta de la consulta del Dr. Picapiedra.

Transcurrido el tiempo decide abordar la puerta de la consulta, toc-toc!!

M-¡Pase, pase!

P- Hola, Pedro Picapiedra, me han dicho en admisión que hable contigo

M-Pero Wilma, ¿Qué haces aquí, que te ocurre?

P-No me encuentro bien, y tal, y tal…….

M-Pasa que te voy a mirar, pero para la próxima tendrás que coger cita.

P-De eso se trata que no me dan.

Tras explorarle el Dr. Picapiedra decide que necesita realizar una analítica y una radiografía, para ello debe primero registrar el motivo de visita, del que colgará las pruebas que ha decidido realizar. En este momento la paciente interviene.

P-Verás Dr. Picapiedra, no quiero que figure nada de lo que me ocurre.

M-¡Pero Wilma!!

P-No, no, es mi deseo y mi derecho, todo esto pasará a un banco de datos….

Don Pedro Picapiedra, inspira profundamente, se aleja de la situación y rebuscando en los más recónditos agujeros, desempolva las viejas lecciones aprendidas de la “entrevista clínica” y añade:

M-Wilma, para poder pedirte las pruebas tengo que poner el motivo que las justifique, el orden es muy importante y con este sistema prácticamente no hay pérdidas de información. Imagínate que todos hicieran lo mismo, esto sería un caos. Si te preocupa la confidencialidad, te puedo asegurar que nadie tiene acceso a tu historial.

P- Dr. Pedro Picapiedra, es posible que tengas razón y que mi historial esté bajo mil llaves, pero tus argumentos son infantiles. Es seguro que nadie tiene interés en mi historial, si por los datos administrativos saben que he venido hoy y que me has mandado un análisis y una radiografía, si dentro de tres días me pones un tratamiento crónico, es irrelevante la causa, porque lo importante será a que grupo pertenezco, ¿o no son eso tus famosos ACGs? Y cualquiera con un mínimo entrenamiento puede deducir de mis datos administrativos, bastantes más cosas de mi, de las que quiero que se sepan.

Eres tú el que me aseguras que no hay pérdidas de información.

Sobre el caos que atribuyes a mi comportamiento, tengo que aclararte, que esto fue así antes, por lo tanto cuando se empieza por pisar un derecho es cuando empieza el caos y te aseguro que condicionar mi voluntad con argumentos como, "lo hacen todos", "que te cuesta", "si no acepta las condiciones, esto es imposible". El atropello y el caos los producen las condiciones, que además nada tiene que ver con nuestra relación médico-paciente.

Es este sistema que no pierde información y que para su práctica aliena mi derecho el que genera el caos. ¿Me quieres informar de lo que debo de hacer para que todos mis datos desaparezcan del “banco” de osabide?

M-¡Pero Wilma! Esto que planteas no es lógico, el bien común, la equidad, el diseño de servicios….

P-¡Pedro Picapiedra! Acabo de leer “1984” de Orwell. Ayer un colaborador de Medfam, llamado Zurita, lógicamente argentino “atrasado”, nos recordaba que la S.S. solicitó a los médicos alemanes una lista de sus “defectuosos”, que luego pasearon, para pasar el rato…..

M-Vamos a terminar porque no llegamos a un acuerdo. ¿Quieres o no hacerte los análisis y la placa?

P-Eso depende de lo que los necesite, pero nunca si has de hacer algún registro.

M-Creo que empieza a ser necesario que te cambies de médico.

El 13 de octubre de 1307, Felipe II, el hermoso, rey de Francia, dio orden a todos sus alcaldes, guardias y soldados de detener, escoltar y encarcelar a todos los templarios. Una semana más tarde el templario que no había huido, estaba detenido.


La historia se repite y se repetirá, porque en el fondo es un problema de principios.

¿Cuantos principios individuales se violan bajo las falsas apariencias?

El ajedrez es un bonito deporte, lleno de dudas e incertidumbres que nos obliga a tomar opciones que al cabo de pocas jugadas sucesivas, nos demuestra cuales fueron nuestros errores.


Creative Commons License


Esta obra está bajo una
licencia de Creative Commons.

2 comentarios:

Lis Ensalander dijo...

Homo homini lupus

No hay que estar buscando los problemas tan lejos. Tu, como yo, has presenciado un impresentable, vergonzante, debate sobre la Hª Clínica.

En vez de brindis al sol, un repasito al Código Deontológico (para algunos el Código Demisintereseslogicos)

Qué pasa si Pedro Picapiedra es un cabrón inmoral?

Anónimo dijo...

Interesante tu planteo, el tema de confidencialidad de los datos da mucha tela para cortar.
Si les interesa, pueden leer en mi blog acerca del lanzamiento del Google Health y el servicio de Keyose.
http://farmacologiaymedicina.com/google-health-historias-clinicas/
Me gustaría conocer tu opinión Juan Jose y la de tus lectores.

Un saludo,