Para el "Joven aprendiz"

lunes, 14 de junio de 2010

A mi juicio esto del Ticket moderador y/o copago es una batalla perdida.

Comenta Vicente en “El supositorio”, que se trata de una cuestión poliédrica y coincido con él.

A su vez Rafa en “Primum non nocere”, nos recuerda que tal vez haya que decir ¡No!, es cierto, pero esto no deja de ser la forma verbal de su traducción práctica, ¡la pasta!, es decir, un “¡No!” es lo mismo que: “vale 5.000 si se lo quiere pagar”.

diferente, uno con su característica ironía, el otro ingenuamente tranquilizador, a mi subjetivo entender…..

La primera frase:





Jiménez deshecha el copago y reconoce que no hay "un modelo que combine equidad, con eficacia y sostenbilidad"

Es en estos momentos una perogrullada, puede ser equitativo y eficaz, pero es imposible que sea sostenible si “alguien” se dedica y se le “permite” vaciar los cimientos económicos del sistema económico general, el siguiente elemento afectado será la equidad y finalizará por ser ineficaz.

La segunda frase a considerar:
"Por tanto, si lo que queremos es disuadir a la gente de que vaya a los centros de salud cuando no haga falta, lo que tendremos que pensar es si necesitamos introducir algún tipo de tasa para aumentar la recaudación y hacer más sostenible el sistema",

Al parecer la ministra sí contempla el ticket moderador con afán recaudatorio, para hacer sostenible el sistema, ya que la falta de recursos económicos obliga a obtenerlos “de novo”.

Y añade el periodista:
“ha hecho referencia de su puesta en marcha en otros países de nuestro entorno”.

Pues como está cayendo, antes de tres meses lo tenemos en casa, por orden de los múltiples poderes supranacionales.

Compartiendo las opiniones de Vicente y de Rafa, voy a tratar de compaginar la factibilidad de las opiniones.

Referido al Ticket moderador:
Está casi decidido.
No solo tendrá efecto moderador y discriminatorio de la demanda, además será recaudatorio.

Referido al Copago:
Decir ¡No!, no es incompatible con “le costará 5.000 €”., a las prácticas innecesarias……., ¡cierto!, pero impedir la entrada de un anciano de 95 años a la U.C.I. nos puede colocar de patitas ante el juez, por abandono, y una respuesta que nos puede librar de semejante situación bien pudiera ser “…le costará…”
Así pues decir ¡no! y “le costará”, resultan en la práctica sinónimos.


Ticket moderador y Copago:
La necesidad que percibe la ministra  y que se desprende de su primera y segunda frase es que no hay pasta para sostener el sistema y la única solución es disminuir la demanda con el ticket y de ajuste de la cartera de servicios con el copago.

¡Andas ocultando cosas Jiménez!.

El sistema carece de recursos humanos, que se agravará en los próximos años.
Para asistir la demanda generada por una cartera de servicios que ha crecido de forma incontrolada, en primer lugar se hace perentoria la necesidad de adaptar la cartera de servicios a los recursos humanos existentes, en segundo lugar es necesario reducir la demanda y ajustarla a la cartera de servicios real.
Se ha configurado un mercado sanitario en el que dista demasiado entre "lo necesario" y "lo que se realiza” y ahora se trata de disminuir la distancia generada.

Si se produjera una disminución de la demanda generada por una cartera de servicios superflua, en teoría los recursos humanos se aproximarían a los requeridos, en apariencia este principio se puede cumplir globalmente pero lo previsible es que ocurra de forma irregular y asimétrica.  
La rigidez de las condiciones del personal como “estatutario”, impiden su correcta redistribución, por lo tanto es casi obligado modificar las condiciones contractuales del personal sanitario, desde la movilidad, la jornada laboral, las funciones, etc.
Si la reducción de la demanda se pasa de frenada, los recursos humanos que no puedan ser reubicados o reciclados, se verán afectados por no poder justificar su existencia. De la misma manera la reducción de la cartera de servicios puede tener un impacto similar.

Desde esta perspectiva son tres las variables sobre las que actuar para equilibrar el sistema, reducción ajustada de una cartera de servicios insostenible, disminución de la demanda asistencial hipertrofiada, condiciones laborales del personal sanitario.


Cada  día se hace más obvio que hay que la alternativa será privatizar, empezando por la gestión y de esta manera disimulada introducir los cambios. En el espacio privado es posible compaginar la cartera innecesaria con la modificación de las condiciones laborales.

Al problema se añade la falta de recursos económicos, es necesario mantener los equipamientos y se abre un nuevo frente desde el concepto de rentabilidad económica de los mismos. Hasta ahora para conseguir su rentabilidad se ha incrementado el número de pruebas que se realizan, estén o no justificadas / por el tiempo en que se deben amortizar.
La propia industria que los genera, establece el tiempo y el número de pruebas a realizar, para conseguir sus beneficios se incrementa el número de pruebas y es la misma industria la que prevé su envejecimiento, colocando en su lugar otro de nivel similar considerado superior, un comportamiento similar al de las farmacéuticas, como consecuencia sin que se hayan amortizado ya se han quedado anticuados. 
Aunque la industria ofrece la posibilidad de la utilización en sistemas “lessing” (fidelizando al cliente), esto no es posible en las administraciones públicas ya que deben ser adquiridos por concurso.
Por otra parte una disminución de la demanda o el control sobre las pruebas conllevaría la dificultad de su amortización en términos económicos y a su achatarramiento tecnológico habría que añadir el físico, ambos en cualquier caso precoces.

Otra vez la gestión privada se ofrece como alternativa.

A veces olvidamos la situación real en la que nos encontramos, en los últimos años hemos asistido a un cambio importante en el mercado de la salud, la información circula directamente desde la industria al consumidor y este exige el “falso milagro” que el marketing comercial a ofrecido a su necesidad, esta presión irá en aumento, modificando toda la relación entre profesionales y pacientes. Si la alternativa es controlar el mercado en el espacio de lo público, vuelve a aparecer la alternativa de la privatización para aquellos que prefieran las falsas alternativas del marketing del mercado.
Ya metidos en estos dos espacios cabe hacerse la reflexión de: ¿quien será el que asuma los costes de los efectos secundarios de estas diferentes formas de ejercicio?.

Existe otra realidad que se nos suele olvidar, el porcentaje del P.I.B. destinado a la sanidad se reconoce como insuficiente en todos los foros, nacionales e internacionales, con el 6-8% del P.I.B. hay muchas facturas que no se pueden pagar, pero su incremento hasta el 8-10% obliga al gobierno a redistribuir los presupuestos o recaudar de los usuarios.
Además el monto total que se deriva del porcentaje depende del P.I.B. total y si este disminuye, también lo hacen los recursos destinados o como expresión demagógica se puede mantener igual el monto total y afirmar que se ha incrementado el porcentaje del P.I.B.

El debate no es simplemente Ticket y/o Copago, se está planteando un cambio en el S.N.S. que no puedo calcular, pero que incluye ticket, copago, privatización, cambio en las condiciones laborales y como impacto de todo ello un cambio en la práctica asistencial.

Sobre el impacto en la Atención Primaria ¿…………?
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Como finalización de la presente página, sirva este artículo mencionado en MEDFAM por Antoni Agustí de Olot, para comprobar como en un año las cosas evolucionan de tal manera que no da tiempo ni a pensar. 


 La calidad del Sistema Nacional de Saludbase de su deseabilidad y sostenibilidad. Gac Sanit.  (en el link figurará un error porque no me permite la reproducción, ir a google y escribir título entero)
www.elsevier.es/ficheros/eop/S0213-9111(10)00052-X.pdf

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

1 comentario:

Vicente Baos dijo...

Excelente comentario. Dentro de las múltiples caras del problema, tú has desenmascarado una cuantas.
Saludos