Fueron las legiones romanas las que conquistaron La Galia, lo hicieron al mando de Julio César; ambas partes, tropa y mandos, tenían motivaciones comunes. Para unos el prestigio, las rentas, el poder; para otros las rentas, las propiedades y el establecimiento en las tierras conquistadas; para todos, la romanización de los territorios conquistados como modelo de bienestar de la época.
Con todas y cada una de las razones aportadas, bien fueran individuales, como grupales o colectivas, podríamos establecer tanto su mínimo común múltiplo, las razones mínimas comunes, como su máximo común denominador, la fuerza de cohesión común y entre ambos estarían contempladas todas las razones por las cuales las legiones romanas conquistaron La Galia.
A los legionarios el valor se les supone, más aún cuando para entonces Julio César ya había diezmado alguna legión por no manifestar el arrojo suficiente.
Los galos tenían su estructura social y su propio modelo de bienestar, estaban organizados en tribus, clanes, con interrelaciones tanto familiares, con independencia tribal y con relaciones de clientelismo entre tribus, cada una de ellas con sus propias ciudades y su unidad cultural, el elemento diferenciador entre los clanes y tribus también era el identificativos de cada tribu y clan, estaba constituido por los colores y tamaño de los cuadros de las telas de su ropa, iguales a las hoy conocidas como “telas escocesas”.
Los hechos ocurrieron con mucha celeridad, en la época en que ocurrieron los a
contecimientos la duración de las campañas se reducían a los meses en que se podían mover los ejércitos, desde mediada la primavera hasta la primera inclemencia anunciadora del invierno durante el otoño.
Cuando Julio César se entera de la confederación de las tribus galas y el nombramiento de Vercingétorix como líder de todas ellas, su legiones se encuentran en los campamentos de invierno, en la Galia Cisalpina (lado italiano de los Alpes). En tiempo record reúne sus legiones y recluta dos legiones más, atraviesa los Alpes en pleno comienzo del deshielo y con muchos de sus pasos no transitables, para situarse en la retaguardia del ejército de Vercingétorix, al que sorprende y con el que libra algunos enfrentamientos, hasta que los galos se refugian en la fortaleza de Alesia, en espera de la llegada de sus aliados el resto de los galos, mientras los romanos los cercan.
Para hacernos una idea de la fuerza de cohesión romana, en tres semanas construyeron un anillo defensivo de cuatro metros de altura con dos fosos, sus correspondientes torres y empalizadas, en dos vertientes defensivas, la de los que vendrían de fuera y la de los ataques de los sitiados, con un perímetro de 18 Km. y posteriormente lo completó con otro exterior de 21 Km., pero todo ello sigue siendo mérito de los legionarios.
A Julio César se le debe de reconocer el mérito del análisis de la situación y sus correctas decisiones. Para conseguir el éxito Julio César confió ciegamente en sus legionarios y estos en sus mandos.
Después de la batalla de Alesia, tanto la realidad como el futuro de la Galia y de la historia fue otro.
Esta obra está bajo una
licencia de Creative Commons.
Cuando Julio César se entera de la confederación de las tribus galas y el nombramiento de Vercingétorix como líder de todas ellas, su legiones se encuentran en los campamentos de invierno, en la Galia Cisalpina (lado italiano de los Alpes). En tiempo record reúne sus legiones y recluta dos legiones más, atraviesa los Alpes en pleno comienzo del deshielo y con muchos de sus pasos no transitables, para situarse en la retaguardia del ejército de Vercingétorix, al que sorprende y con el que libra algunos enfrentamientos, hasta que los galos se refugian en la fortaleza de Alesia, en espera de la llegada de sus aliados el resto de los galos, mientras los romanos los cercan.
Para hacernos una idea de la fuerza de cohesión romana, en tres semanas construyeron un anillo defensivo de cuatro metros de altura con dos fosos, sus correspondientes torres y empalizadas, en dos vertientes defensivas, la de los que vendrían de fuera y la de los ataques de los sitiados, con un perímetro de 18 Km. y posteriormente lo completó con otro exterior de 21 Km., pero todo ello sigue siendo mérito de los legionarios.
A Julio César se le debe de reconocer el mérito del análisis de la situación y sus correctas decisiones. Para conseguir el éxito Julio César confió ciegamente en sus legionarios y estos en sus mandos.
Después de la batalla de Alesia, tanto la realidad como el futuro de la Galia y de la historia fue otro.
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