Para el "Joven aprendiz"

miércoles, 12 de mayo de 2010

El Ataque del Homúnculo.

I Congreso de la blogosfera sanitaria

He mirado vuelos, otras alternativas y aparte de la agenda el tema está jodido. 

A ti “hombre del verbo rápido”, el de la acerada espada, la del famoso “acero toledano”, al protegido de la Minerva del ciberespacio y como a ella le supliqué, a ti te reclamo:


A MINERVA

A  la mujer de longínea forma.
A la deidad de los ojos de lechuza.
A la de afilada nariz.
A la de los níveos brazos.
A la que apoya la diestra.
A la que como  Helena argiva.
A la diosa de los brillantes ojos.
A la que vistió la lóriga de Jove, que amontona las nubes y se armó para la luctuosa guerra.
A la que suspendió de sus hombros la espantosa égida floqueada que el terror corona: allí están la Discordia, la Fuerza y la Persecución horrenda; allí la cabeza de la Gorgona, monstruo cruel y horripilante, portento de Júpiter, que lleva la égida.
 A la que cubrió su cabeza con áureo casco de doble cimera y cuatro abollonaduras, apto para resistir a la infantería de cien ciudades.
 A la que subiendo al flamante carro, asió la lanza poderosa, larga, fornida, con que la hija del prepotente poder destruye las filas enteras de héroes, cuando contra ellos monta en cólera.
Antes de que la hija de la mañana, la Aurora de los rosáceos dedos, nos descubra el vinoso Ponto, ¡suplico!:

                                    ¡¡¡NO SEAS CRUEL!!!



-Lechuza: Ave mítica, capaz de verlo todo.
-Argiva: De la antigua Grecia.
-Loriga: Armadura hecha de pequeñas laminas imbricadas
-Égida: Piel de cabra con la que Zeus construyó una coraza para luchar contra los Titanes.
-Gorgona: Hijas de Forcis y Ceto. Eran tres hermanas: Estenio, Eucíale y Medusa,
                 inmortales las dos primeras y mortal la última. Con su mirada petrificaban a
                 quien las mirase. Por antonomasia Medusa.
-Floqueada: Guarnecido con flecos.

                                                                        J. J. Bilbao  23-01-02


En nombre de “los impotentes”, haz que sin estar, estemos.





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