Para el "Joven aprendiz"

domingo, 6 de septiembre de 2009

Decálogo de Propuestas Organizativas de los Centros Sanitarios ante la Gripe A


Introducción.

Ante un previsible aumento de la actividad asistencial de los servicios
sanitarios debido al incremento de casos de gripe por el virus
pandémico A/H1N1, las autoridades sanitarias deben ser receptivas a
las opiniones de los médicos que vamos a atender a dichas personas.
Con el objetivo de mejorar la atención a los pacientes y contribuir a
una organización eficaz de los servicios sanitarios, hemos
elaborado una serie de recomendaciones sobre diversas medidas a
tomar. Alguna de ellas puede suponer una importante modificación
de las estructuras actuales, pero creemos que, ante una situación de
posible excepcionalidad, las medidas organizativas también deben
serlo. Estas consideraciones las hacemos desde la experiencia del
trabajo diario y esperamos que, para el beneficio de la sociedad en su
conjunto, sean tenidas en cuenta.


Propuesta 1. De la atención a la enfermedad.


La mayoría de los pacientes afectados sufrirán un cuadro leve que no
requiere una atención médica específica. Se priorizará la atención
telefónica como el método más accesible para valorar la necesidad
de asistencia clínica de un paciente. De esta forma, se valorará la
posibilidad de que sean suficientes las medidas de autocuidado y de
observación activa por parte del paciente o sus cuidadores. Las
autoridades sanitarias deben divulgar y recomendar las medidas de
autocuidado a la población general, así como el conocimiento de los
signos de alerta que puedan motivar una valoración médica. Se
deberán usar con este fin todos los medios de comunicación
disponibles.


Propuesta 2. Valoración del paciente que acude al centro de salud.


Confiamos que los pacientes afectados por un cuadro clínico de
síndrome gripal acudan a las consultas médicas de los Centros de
Salud con normalidad, y siempre que sea posible, con cita previa. De
esta manera, el flujo de personas que necesitan ser atendidas será
ordenado y fluido. Si el número de casos se incrementa
llamativamente en un breve espacio de tiempo y las consultas reciben
una gran cantidad de personas sin cita previa o con carácter urgente,
se puede organizar, junto con los profesionales de enfermería y de
administración, algún sistema de clasificación (triage) que
determine la necesidad de atención preferente o urgente por parte
del médico. Se aconsejará al paciente con tos activa que mantenga
las medidas de higiene adecuada mientras espera a ser atendido.
Cada consulta deberá disponer del material necesario para mantener
una adecuada higiene y ventilación.


Propuesta 3. La atención domiciliaria.


La atención a domicilio implica alrededor de 30 minutos por
paciente y es inviable, hacerla de forma generalizada y masiva,
cuando las consultas y los médicos de familia y pediatras se
encuentran al máximo de sus posibilidades. Por lo tanto, si se
produjera un aumento de la demanda de este tipo de atención se
deberían poner en marcha, al menos, algunas de las siguientes
medidas:
- En las áreas donde no esté asumida directamente por el 061 u otro
teléfono autonómico. La demanda de asistencia a domicilio urgente
será explícitamente regulada en los propios centros de salud,
interviniendo en esta regulación los profesionales administrativos y
médicos de familia o pediatras correspondientes, bajo el objetivo
común de optimizar los recursos y prestar la mejor asistencia.
- Todas las solicitudes de avisos domiciliarios serán evaluadas
directamente en contacto telefónico con el enfermo o sus familiares
por el médico del paciente, o en su defecto por médicos del mismo
centro de salud, tomando estos profesionales la decisión de
desplazarse o no al domicilio.


Propuesta 4. Justificación legal de la incapacidad temporal.


El tiempo empleado en realizar las tareas que impone la actual
regulación de la baja laboral a numerosos pacientes provocaría el
colapso de la atención por razones burocráticas: pacientes enfermos,
bajas por aislamiento... todos ellos con la necesidad
de un parte de baja, confirmación, alta (6 hojas impresas en 3 días
diferentes). Se propone autorizar con carácter excepcional
un documento único de baja laboral rellenable por el primer
médico que atienda al paciente en cualquier ámbito del Sistema
Nacional de Salud (centro de salud, SAR, urgencias hospitalarias,
etc.), donde se especifique el diagnóstico y el tiempo recomendado
de ausencia laboral. De esta forma, se evitaría duplicar las visitas
y usar un tiempo tan necesario para una tarea administrativa.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social y los Servicios de
Inspección Sanitaria y las mutuas laborales deberían participar en la
realización de este modelo. Los médicos que realizamos esta tarea
sabemos de la importancia de una medida de este tipo para
aprovechar un tiempo necesario y escaso. Otros países de nuestro
entorno (Reino Unido) justifican la ausencia del trabajo por cualquier
patología de menos de 7 días de duración con un modelo (Self
Certification Absence Form) que rellena el propio paciente.


Propuesta 5. El tratamiento farmacológico.


Sea cual sea el nivel asistencial en que el paciente sea atendido
(hospital, domicilio o centro de salud) deberá recibir en la primera
visita, a través de receta o directamente si fuera necesario,
el tratamiento farmacológico completo para cubrir el periodo del
desarrollo de la enfermedad, eliminando de esta manera las consultas
redundantes innecesarias.


Propuesta 6. Ante la ausencia por enfermedad del personal sanitario.


La previsible afectación de los trabajadores de los centros de salud
motivará situaciones difíciles para asumir toda la carga de trabajo. De
ser así, la población debe conocer que, aún siendo una situación
excepcional, hay unos límites razonables a la carga de trabajo de
cada profesional sanitario. Por ello,se solicitaría a los pacientes que
presenten otras patologías no preferentes que asuman la necesidad
de pasar a un segundo plano y retrasar su consulta. Las autoridades
sanitarias han de hacer campaña pública de esta situación y apelar a
la solidaridad social. Para garantizar la adecuada cobertura de los
servicios sanitarios prioritarios, la Administración deberá contratar
todos los profesionales que necesite, siempre que tengan la
capacidad suficiente. Para evitar problemas y conseguir la necesaria
agilidad para ello, tanto la Administración como los sindicatos
deberán acordar las modificaciones de las condiciones de trabajo y de
los procesos de selección de personal temporal que se requieran.


Propuesta 7. Centros residenciales para personas mayores y otras instituciones.


Los médicos que trabajen en las residencias de ancianos, de
discapacitados, etc. públicas y privadas, incluso los médicos del
trabajo y mutuas de accidentes de trabajo, deberán
tener autonomía suficiente para realizar y ratificar con su firma
cualquier actividad burocrática, incluidas las recetas, que venga
determinada por la asistencia a casos de gripe A y que hasta ahora
no podían realizar. Ante una situación excepcional y conociendo la
carga de trabajo no clínico que generan estos aspectos, la prioridad
deberá ser la atención a los pacientes y las medidas deben favorecer
y no entorpecer esa labor.


Propuesta 8. La atención telefónica directa a la población en los teléfonos habilitados.


El uso de la población de los teléfonos habilitados: 061, Salud
Responde, Sanitat Respon, entre otros y cualquier otro que habiliten
las autoridades sanitarias como centro de información y
asesoramiento, es una medida positiva tendente a la realización de
un triage telefónico y a la instrucción de los pacientes en el
correcto autocuidado. Su labor puede ser muy importante si
contribuye a la descarga de la atención directa de los pacientes que
soliciten información o presenten sintomatología que no precise la
asistencia clínica directa de un médico. Los teléfonos de emergencias
(112) deberán reservarse para un correcto uso.


Propuesta 9. La colaboración entre el centro de salud y el hospital.


Se debería establecer un sistema ágil de comunicación entre el
centro de salud y el hospital para la rápida atención del paciente
de alto riesgo. Si el paciente ha sido valorado en Atención Primaria
debería ser considerado como preferente a su llegada al hospital,
evitando otra espera hasta la clasificación (triage) hospitalaria. Para
ello, la disponibilidad de comunicación electrónica (correo electrónico)
serviría también de ayuda. Los pacientes dados de alta a su domicilio
han de salir del hospital con su medicación y con el informe de baja
laboral cumplimentado como indicábamos en la recomendación 4.
Este tipo de organización funciona en otros países (Reino Unido) y
sería deseable que fuera lo habitual en todo tipo de patologías.


Propuesta 10. La comunicación con el paciente.


Los pacientes informados y bien atendidos se muestran por lo general
comprensivos con los problemas que pueden surgir ante una
situación excepcional. La comunicación con ellos debe realizarse en
todos los ámbitos. La información escrita ayuda a concretar los
mensajes. Se deberán realizar dípticos para la entrega personal a
todos los pacientes y sus familias con aspectos de higiene,
medicación, consejos de autocuidado, así como las instrucciones
necesarias para un correcto uso de los servicios sanitarios.
Con una buena organización e información podremos afrontar la
actividad asistencial de los próximos meses con serenidad, evitando
que el daño de la enfermedad sea mayor que el de los síntomas que
produzca, evitando el caos sanitario que provocaría efectos
colaterales muy perjudiciales para la salud de la población.




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